Por recibimos y publicamos
3 Nov 2013
Cecilia

Con la certeza de que los designios improcedentes nos perjudicaron, pero también con la autocrítica de saber que errores que no nos son tan ajenos debieron no ser

Con la imperceptible y cruel  certeza  de que iba a ser un día difícil abrí los ojos.

Con el tiempo justo por variados y pintorescos motivos llegamos al Parque pero la extensa fila de revisión policiaca retrasó aún más el momento y no sé cuál es el criterio pero supongo que la llegada del clásico los lleva a generar previos simulacros de características cercanas a lo ridículo, considerando que los  guardias en el partido anterior y en esa misma puerta nos miraron pasar lacónicamente y continuaron su charla.

Con amabilidad les pido a las personas que están ocupando las butacas nuestras si pueden correrse.

Con prontitud sin embargo debo ser yo la que usurpa  otra butaca vacía delante ya que un paraguas abierto delante y a mí izquierda me tapa totalmente  la visión del arco de la Scarone, mientras cubro mi cabeza para no tener que abrir mi paraguas y porque esta lluvia cargosa se empeña en no irse y se instala a ver el partido como convidada de piedra.

Con toda esta demora ya van tres minutos y cuando me acomodo y digo bueno… ahora a disfrutar un poco… se lesiona Porta, que tira la venda y la bronca y entra Cavallini y no disfruto nada esos primeros  minutos porque ellos nos roban la pelota, y hasta están por hacer el gol diga que el muchacho este cabeceó como puedo hacerlo yo sino ya era el primero, y que Bava había sacado otras complicadas pero entonces la encontramos de repente y no puedo creer el gol que se pierde Cavallini y después el cabezazo de Alonso y me agarro la cabeza tapada y sin embargo cuando quiero ver se termina el primer tiempo y el juez ya nos cobró por adelantado varias jugadas que dice estábamos adelantados, cosa que desde mi asiento es difícil de comprobar por lo cual mi vecino se para en cada offside mal cobrado supongo que para corroborar que la bronca es justificable  y así como quien no quiere la cosa no pudimos hacer el gol que nos tranquilice y además sigo sin explicarme porqué pateamos tan poco al arco y ya en el segundo mientras esta lluvia caprichosa va y viene parece que la suerte cambia porque la pelota quiere entrar despacito en el arco de la Abdón como diciendo permiso  y todos lo abrazan a Pablito por el empeño y cuando digo bueno ahora a disfrutar porque estamos dominando un poco la cosa, aunque como nos cuesta definir,  llega el gol de ellos cuando no pasaron cinco minutos y digo entonces cosas al viento irreproducibles aunque el eco se reproduce  y entonces salimos a buscar decididos el segundo porque no sea cosa que …y entonces entra el Chino y los minutos corren pero seguimos y seguimos y tenemos esas chances que más vale no recordar pero que me hacen entrar en calor de solo acordarme y entonces sale Cavallini que había entrado y lo aplaudo aunque reconozco que me calenté antes y también al rato aplaudo al Tito Ferro y me entra como una nostalgia pero que se va rápido porque  Bava saca una cuando ya no falta mucho y digo bueno si no se puede ganar hay que no perder pero Alonso se empeña y se empeña en que esto no pase y entonces lo enganchan y todos lo vemos y  levantamos las manos y el juez también las levanta en claro signo de sigaaa y entonces me agarro otra vez la cabeza y no puedo creer porque está medio Nacional adelante y entonces nos hacen el segundo y  miro al cielo como pidiendo explicación a la lluvia por estos segundos fatídicos y bajo la vista y la imagen que veo es la de Bava que con el guante acusador señala al juez mientras viene corriendo a su encuentro   y todos los nuestros lo rodean y yo quedo rodeada  en una especie de nebulosa porque todos se paran y me paro mientras trato de no insultar al juez porque no me quedan insultos ya que la tribuna los está diciendo todos y el técnico nuestro se recalienta como nos calentamos todos y el juez saca ahora rojas a rolete mientras las tribunas hierven y no hay mate ni cigarro que valga porque después ya de pie seguimos todos alentando para que la pelota que entró despacito aquella vez entre de nuevo y como sea de este lado, pero no hay caso che…y entonces el final.

Con la cabeza caliente  y las manos frías aplaudo a los jugadores que en la mitad de la cancha saludan, y quedo con la impresión que de que el partido se me fue en un santiamén  pero que a la vez duró una eternidad mientras recojo el paraguas, la camiseta, el mate, el diario del asiento y la impotencia.

Con la cabeza fría y las manos calientes  escribo esto ahora, no con menos bronca que la que seguros tenemos todos. Con la misma sensación que el técnico, que usted, que vos  y que el muchacho alto y de gorro de adelante  que todavía debe estar en el parque gritándole al señor de rojo.

Con la certeza de que los designios improcedentes nos perjudicaron, pero también con la autocrítica de saber que errores que no nos son tan ajenos debieron no ser  y haber escrito una mejor tarde y con la premura de no pensar en lo que ya no podemos cambiar y la meta compartida de cambiar con apuro el disco para que suene de nuevo la canción del triunfo.

Cecilia810


Cecilia 810

Cecilia es la lectura más esperada después de cada partido. Un bálsamo en los momentos difíciles y un tónico para acompañar la euforia




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