Por Cecilia810
7 Jul 2017
Cecilia

Creo que esto es más simple de lo que parece.

Jugamos treinta minutos espectaculares pero no supimos hacer el gol.

Tres chances clarísimas que no fueron gol, nos condenaron a seguir en cero.

Nos llegan una vez y en la distracción la pelota de ellos entra cansinamente en el arco nuestro.

Méritos y desméritos se mezclan en un cóctel complicado donde la aceituna la ponen los jueces.

Tuve que verlo por la tele con todo lo que ello significa. No te mojas pero te falta el abrazo de la hinchada.

Y entonces cuando las jugadas perdidas se repiten tres veces, uno se calienta tres veces, como se recontracalienta tres veces cuando las dos manos del jugador brasileño se repiten, pero ahora en cámara lenta.

En ese momento pienso en la gente mojada, con frío y bronca, que no está viendo esa repetición en ese momento y digo que es mejor, que no la vean.

Fue tan alevosa que los que relataban el partido y a quien no tuve otra alternativa que escuchar, no tuvieron más remedio que decir que ese penal fue un penalazo. Pero ¿y? Nada, siga el baile.

¿Y entonces?

Y entonces vino el gol de ellos y nosotros que habíamos hecho todo casi bien pagamos con un error. Aquella frase tan repetida de "goles errados son goles en contra" se me viene a la cabeza y me pega un mazazo mientras ahora están los relatores analizando si ese gol fue con sutil offside. No me interesa, ya. Preferiría la lluvia a que me analicen los méritos. Ya sé que con méritos no se gana un partido.

Esa lluvia ya no cae tan fuerte y los relatores hablan de otras cosas que a nadie le importan, y ahí es cuando digo que es mejor estarse mojando que escuchando bobadas.

Los jugadores están ofuscados, se les nota en la cara que la maldita y bendita televisión me trae en primer plano.

El segundo tiempo pasa. Llueve de nuevo.

Trato de pensar en que jugaremos en la vuelta tratando de que nuestros méritos se concreten en goles, no queda otra. Hay que remarla con el viento en contra y eso no es poco. Necesitamos además salpicarnos un poco de agua bendita para sacarnos de arriba lesiones, enfermedades y malas intenciones propias y foráneas.

Espero además que al gol en contra no se le sume otro despojo arbitral porque entonces todo lo lírico del fútbol se volverá barro en las aguas turbulentas de una clasificación fuera de casa.

Basta de agua embarrada y comentarios bobos por hoy.

Cecilia810

Cecilia 810

Cecilia es la lectura más esperada después de cada partido. Un bálsamo en los momentos difíciles y un tónico para acompañar la euforia




SEGUINOS

Crear una cuenta



Ingrese a su cuenta