Se vienen cambios

Más allá del resultado final, la pasada Asamblea nos dejó la certeza de que se avecinan nuevos tiempos, en los que el socio tendrá una participación más activa en la conducción del club.

Finalizada la Asamblea del pasado jueves 29 de octubre, uno de los dirigentes presentes emitió una reflexión hacia la interna más profunda de la Directiva: "Tenemos que captar el mensaje que nos deja esta Asamblea. Se viene una nueva forma de hacer política en el club". En una conversación informal con decano.com, este dirigente ampliaba el concepto y apuntaba que “la aparición de la redes sociales ha acelerado el proceso de aunar voluntades en torno a un objetivo. La comunicación es más rápida, sencilla y directa y proporciona mayor facilidad para interponer recursos como los de esta convocatoria a Asamblea. Más allá del ambiente del fútbol, en todo el mundo se está dando el fenómeno de reclamos de masas. Los gobiernos -de cualquier índole-, tienen que empezar a convivir con este sistema de democracia directa y más participativa. Esta es la enseñanza que nos dejó esta Asamblea. Un mensaje claro hacia la Directiva, que tendremos que aprender a comprender”.

No solo los directivos son quienes deberán comprender, sino que nosotros tendremos que tener en cuenta varias cosas para comenzar a convivir con este proceso, que es irreversible, y que tendremos que transitar todos juntos, tratando de minimizar las rispideces para que el cambio sea lo más indoloro posible y que, sobre todo, no genere heridas.

Tendremos que aprender que existen tantas razones y verdades como cabezas pensantes, y que las nuestras no serán siempre las únicas y mucho menos, incuestionables.

Habrá que aceptar que el exceso de caballerosidad no tiene cabida en los parámetros actuales, y que no por eso tenemos el derecho de menospreciar a algunas figuras -como el Dr. Hernán Navascués-, que es el paradigma del viejo “ser Nacional”.

Será necesario recordar que Nacional fue fundado por un grupo de jóvenes, que le imprimieron el brío inherente a la edad e impulsaron la grandeza del club, que fue consolidada en su mayoría por esos mismos jóvenes, pero cuando ya eran mayores.

Será preciso entender que “oficialismo” y “oposición” no son malas palabras, sino simplemente una referencia al lugar que ocupamos en un momento determinado.

Deberemos reflexionar sobre el legado, que es intangible y carece de estructura, que lo recibimos de quienes nos anteceden y tendremos que custodiar para cederlo -enriquecido- a quienes nos sucedan. Ni los unos ni los otros son nuestros adversarios y mucho menos enemigos. Son los extremos del puente en el que, gustosamente, debemos convertirnos.

Reconocer que, nos guste o no, afortunadamente los cambios se habrán de dar, pero eso no nos da derecho a avasallar y exigirlos de manera inmediata, y de igual modo, a oponer una resistencia cerrada a los mismos.

Recordar que Nacional nos excede a nosotros y la intención y voluntad de cada uno de los nacionalófilos es hacer aún más grande nuestra institución. Las intenciones de aquellos que piensan diferente a nosotros no deben despertarnos suspicacia, sino curiosidad y atención, porque todos los tricolores perseguimos el mismo objetivo, aunque transitemos por caminos diferentes. Nacional necesita de gente capaz y las personas inteligentes aceptan que pueden estar equivocadas y no les avergüenza cambiar de parecer.

Incluso en la discrepancia, debemos coincidir en el respeto, contagiándonos de la grandeza de nuestro club y entregándolo incluso antes de recibirlo, las veces que sea necesario. Porque si bien es cierto que el respeto se gana, primero hay que sembrarlo y esa ha sido la manera de actuar de Nacional desde su fundación, cuando siendo víctima de irrespeto por parte de quienes conformaban la AUF al negarse a recibirlo en dos oportunidades, respetó la decisión hasta que fue reconocido e integrado. A partir de allí, nos hemos ganado el respeto de todas las instituciones y asociaciones del mundo.

Ernesto Flores

decano.com