Por Recibimos y publicamos
2 Ene 2014
Cecilia

Un año, tres técnicos, decenas de nombres, cientos de goles, miles de hinchas, millones de segundos , congregados en un calendario real dividido al medio por un calendario deportivo.

Tomo mi calendario de papel para cambiarlo y antes de hacerlo hojeo de un golpe los meses pasados mientras me vuelvo a sorprender de las pocas hojas que son en la mano 365 días.

Mientras miro los pequeños cuadrados  con números repaso en mi mente lo que  esos días significaron.  Todavía está fresco en mi memoria el día de febrero en que el plantel se presentaba en una fiesta en el estadio con nuevas figuras que hoy  a diez meses de ese día ya no están. Había sido un período de pases complicado con manejo de nombres y de idas y vueltas…. En ese partido se lesionó Calzada, estaba Damonte, y el Hueso Romero hizo un gol…parece que hubieran pasado décadas y sin embargo fueron diez meses, diez hojas de un calendario, diez pequeños papeles con cuadrados de color.

Ese mismo mes viniendo desde el Parque en una noche calurosa de febrero escribía en la ruta con aquel empate que en la hora logramos con gol de Abreu por la Copa. Abreu ya no está y está por empezar otra Copa. El tiempo pasa rápido pero a veces parece quedar detenido.

Queda detenido entonces en el cuadradito del 20 de febrero cuando en la altura de Toluca en la madrugada uruguaya nos sentimos con la felicidad inmensa de haber remontado un partido complicado. Pero no todo es alegría y el partido de Cerro Largo marca el fin del entrenador de turno y el comienzo de una nueva etapa. Se habla de contratar a un técnico extranjero pero no se sabe bien quien será... Queda el recuerdo detenido en los primeros días de marzo desde la Boca y aquel  gol que nos hizo gritar a todos …Unos días después  aquel partido increíble que perdimos en Montevideo y aquel penal que no pudimos acertar, y entonces mi mano se detiene entonces en el cuatro del mes cuatro con los cuatro goles y la bandera más linda del mundo vistiendo la noche. La dupla Blanco Bueno al frente y el técnico nuevo sentado en la tribuna.  Se para nuevamente en el mes de mayo cuando parecía que el rival no iba a ser tan complicado, ya hay un técnico nuevo  y nos complicamos perdiendo una clasificación increíble en una tanda de penales difícil de olvidar, en una semana también para el olvido, clásico incluido. Parece que hubiera sido hace tanto el partido con el Garcilaso…pero no pasó tanto tiempo…unas simples vueltas de calendario. El olvido a veces es voluntario...

El segundo día de junio  escribo la última crónica de esa temporada. El frío del aire acondicionado de hoy me lleva a recordar el frío de esa tarde.

Una pretemporada en el invierno. Otra vez un periodo de pases complicado… ¿cuándo no lo es? Nombres que van y vienen.  Promesas incumplidas que le dan paso a otros que prometen mientras los hinchas nos sentamos en un teatro a ver como los actores salen y entran de escena sin poder hacer otra cosa que mirar.

En el principio de agosto me detengo en la fecha en que aquella tarde preciosa nos visitó el orgulloso europeo con sus oropeles. No ganamos pero fue una fiesta y ese día también quedará marcado dentro de los recuerdos de este año. La bandera desplegada al sol lucía radiante, y la esperanza estaba flotando en el aire…

A mediados del mes con la entrega del primer “carnet” el alumno podía rendir más…pero tampoco se podía juzgar demasiado, las promesas parecían empezar a ser realidades  y había que dar tiempo…parece que hubiera pasado un montón. Cuatro meses atrás el gol en la hora sobe Rentistas abrió un marco de duda en medio de la algarabía… ¿cuánto tendríamos que sufrir en este campeonato? ¿Sería que el equipo estaba afianzándose pero nosotros éramos demasiado exigentes? El  principio de setiembre marcaba una primaveral esperanza, parecía que todo iba a ir viento en popa, tres goles, buen juego, partido ganado en casa, fiesta…una semana después en Jardines las dudas aparecían como los resquicios del invierno que no quería abandonarnos…mi  mano se detiene en el cuadrado que marca aquel catorce de setiembre…para rememorar la semana siguiente el partido contra River, las camisetas celestes, aquel evocado setiembre de 1903 y este setiembre que evocado ahora también parece lejano. Aunque no lo sea.

Octubre nos dio un respiro en la tabla y en los resultados, el frío pareció atemperarse con el patrimonio histórico del Parque, y dejo en ese mes un largo y grato recuerdo de la figura de Gardel  sentado en la Delgado en la tarde serena y los tres partidos ganados al hilo…

Pero... entonces arranca noviembre y con él los resultados adversos, del que solamente se exime el logrado en Melo. Un mes para arrancar rápido del calendario.  

Quedará el amor sempiterno  de la hinchada marcado en rojo fuego dentro de esas hojas.

Entonces como en un pestañear llega diciembre, este diciembre, el que acaba de terminar, el mismo que empezó con esperanza y terminó con desilusión. Hoy hace dieciocho días que perdimos contra Fénix.  Parecen un montón de días pero en el calendario son muy poco. Apenas unos pocos cuadrados con números dentro…sin embargo cuanto de nuestro futuro está dentro de ellos.  

Doy vuelta la última página, un dos mil catorce encabeza un montón de cuadraditos nuevos. Separo esa hoja y en el minuto uno del año que ya estamos transitando, mientras el cielo se ilumina, dejo que las otras hojas vuelen libres  al viento de la noche, las independizo de mi poder aunque guarde en mi memoria los momentos vividos. Los malos y los buenos. Después haré la limpieza en la gaveta de los recuerdos y la codificación será entonces procesada. Algunos los sacaré en algún momento para rescatar de ellos lo que pueda, otros estarán siempre presentes e imborrables al paso del tiempo.

Feliz Año Nuevo queridos tricolores

Cecilia810


Cecilia 810

Cecilia es la lectura más esperada después de cada partido. Un bálsamo en los momentos difíciles y un tónico para acompañar la euforia




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