Por Diego Ávalo
21 Oct 2021
Clausura2021

Nacional no jugó bien defensivamente, tampoco concretó lo que generó, y eso le costó el partido.

Con muchos espacios. El partido de este jueves fue de esos en los que no sale nada, ni en lo defensivo ni en lo ofensivo. Y para colmo quedaron cuatro jugadores sentidos, que habrá que ver su evolución, que son, Sergio Rochet, Armando Méndez, Matías Zunino y Andrés D’Alessandro. En cuanto a la figura táctica, se repitió, pero con el ingreso de Zunino por Brian Ocampo. Más allá del dibujo en cancha, queremos hacer hincapié en la forma de jugar. Hace años que Nacional juega estirado en el campo, tanto en lo ancho como en lo largo, dejando muchos espacios en tres sus líneas. En esta jornada, por ejemplo, Gonzalo Bergessio y Maxi Cantera se paraban para presionar la salida desde el arco de Wanderers por abajo, y atrás de ellos no se veía a nadie de Nacional, y así es imposible quitar la pelota. Los volantes centrales estaban cerca de la línea media, y entre esas líneas quedaba una estancia para que el Bohemio saliera tocando y jugando. Lo mismo a lo ancho, los dos carrileros contra la raya, y quedan huecos enormes en el medio para solo dos jugadores. No hay coordinación para salir en bloque a presionar sobre el balón, pero esto lo venimos diciendo en todas en las notas de comentario. Hace años que repetimos este error. Un equipo grande como Nacional no puede jugar en más de 25 o 30 metros entre su línea de fondo y la de atacantes, y debe presionar con muchos hombres lo más cerca del arco rival para intentar recuperar y atacar con rapidez. Esta noche, por momentos la tenía el lateral derecho de Wanderers y se veía a Diego Rodríguez y a Felipe Carballo ubicados casi entre los centrales, inexplicable. El rival, teniendo esos espacios manejó bien la pelota, y buscó permanentemente por la banda de Camilo Cándido, en donde tuvo poca colaboración y lo doblegaron permanentemente. A todo esto, hay que sumar que en todo el encuentro no ganamos una pelota por arriba, ni en el medio, ni en la zaga ni en ataque. El gol además vino de una distracción con todo el equipo parado en defensa. 

A la heroica. En el segundo tiempo vino la heroica. Primero cambios de nombres, para después sacar volantes de marca para sumar delanteros o volantes ofensivos, quedando desbalanceados y expuestos a los contragolpes. Eso es para una emergencia, pero no puede ser que partido a partido pase lo mismo. A veces, poner un volante de marca significa retomar el control de la pelota y del partido y a partir de allí se crece en ataque. No siempre hay que sumar delanteros para tratar de ganar los partidos. Nos manejaron la pelota como quisieron y recuperamos en la última línea o en el área. Y pese a esto se tuvo varias jugadas de gol, que para redondear una pésima noche se erraron abajo del arco. 

Mejorar en lo defensivo para mejorar en lo ofensivo. Hay que perfeccionar el desempeño en la defensa, lo otro viene solo. Formar un bloque compacto, coordinado y parado en cancha rival. ¿Para qué esperar a ir en desventaja para salir a apretar y jugar arriba? ¿Por qué no hacerlo de entrada? Si no se mejora este aspecto será muy difícil, porque por más goles que se hagan, siempre está latente la posibilidad de recibir goles, y así es imposible lograr solidez en el equipo. Hay que ir a las bases, a defender para luego mejorar en lo ofensivo que, pese a no concretarse en la red, las jugadas se crearon. Se dejaron puntos importantes, teníamos la posibilidad de agarrar la punta de la Anual y del Clausura, pero no está nada perdido. Lo que sí, que ya no hay margen de error. Hay que mejorar, y seguir ganando, porque si no, la posibilidad del tricampeonato se va a esfumar. 

Hoy más que nunca, ¡arriba Nacional!


Diego Ávalo
 




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