El regalo de Papá

Fin de año, hermanos bolsos. Tiempo de balances de lo que pasó y deseos de lo que pasará. Se terminó el 2014 y llegó el 2015.

Fin de año, hermanos bolsos. Tiempo de balances de lo que pasó y deseos de lo que pasará. Se termina el 2014 y llega el 2015. Tres campeonatos oficiales de Primera División con una vuelta olímpica de Wanderers, otra de Danubio y otra nuestra. Cuatro clásicos disputados: dos triunfos, un empate que fue triunfo en los penales y una derrota. Así son los números del año que se va.

Desde la matemática, los hinchas de un club gigante debemos arribar a una sola conclusión: que el año que viene lo supere. Y con los pedidos de siempre: la Copa Libertadores y el Mundial de Clubes. La posibilidad de estar, en trescientos sesenta y cinco días, escribiendo estas mismas líneas (de texto, pillines: líneas de texto!!) pero en Japón, Marruecos, Emiratos Árabes Unidos o donde sea que diga el mamarracho de Blatter, después de haberle ganado al campeón de Europa con gol de Carlao en la hora del alargue (sí, Carlao: lo habremos traído especialmente para que se consagre como el nuevo Tony Gómez), mientras el plantel festeja en un fogón, batiendo palmas al ritmo de las canciones que toca la viola siempre infernal pero ahora calma del Guti. Locura y Cultura Nacional, unidas de una vez y para siempre, con el objetivo de devolvernos esa gloria que añoramos hace más de veinticinco años.

No sé cómo van a hacer, hermanos bolsos. Pero nos vemos ahí el año que viene. Guarden esta columna (?). Vendan sus pertenencias, pídanle un préstamo a la suegra, roben un local de cobranzas... no me importa. Nos vemos ahí.

Así que en estas fechas de mirar a los ojos a nuestros seres queridos (no tan queridos, en realidad, pero bueno: normalmente se pasa con ellos, casi que es una costumbre, imagínense que no le voy a decir a mi tía abuela Gladys ahora, justo ahora, que la comida que prepara tan dedicadamente me parece una soberana porquería, y que preferiría pasar las fiestas haciendo guardia en la farmacia que tiene la familia del Frula Cortés en Medellín que con ella) y brindar, brindemos por ello. Brindemos por Nacional. Y prometamos que nunca, habrá pena ni dolor, donde estén los tricolores, campeones del Uruguay. Ese es el augurio de este humilde columnista del sitio partidario más visitado del Uruguay, desde 1999. Salú salú, pueblo oriental.

Coco el del camión